Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15:4-5
REFLEXIÓN
No podemos hacer nada sin el Señor. El es la vid; y así como las ramas reciben sus nutrientes que dan vida a través de la vid, nosotras como cristianos recibimos de Cristo las cosas que necesitamos para la vida. Cuando una rama está separada de su fuente de vida, está muerta. Así nosotras sin el Señor estamos muertas, hasta que seamos injertadas en esa vid eterna y vivificante que es Cristo.
Permanecemos en Cristo por nuestra fe en Él y la salvación que él ofrece. Por esta fe, aun nosotras daremos fruto.
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